Rol del fonoaudiólogo en la promoción de la adecuada alimentación en niños

La deglución es una de las áreas de estudio de la fonoaudiología, ya sea que nos enfrentemos a la población adulta o pediátrica, es por esto que es frecuente que estemos familiarizados con los conceptos de trastornos de la deglución, disfagia y/o trastornos de la succión.

Fecha: 14 de abril 2016

Es importante que comprendamos que nuestro quehacer comprende todo el proceso de la alimentación y desarrollo de la misma y por ello nos reconozcamos como profesionales responsables de la promoción de una adecuada alimentación desde sus inicios, por lo mismo debemos estar en conocimiento de los posibles trastornos de la alimentación que pueden presentarse en la población pediátrica, específicamente en edad preescolar.

En la actualidad existe una alarma a nivel país por los altos índices de obesidad en la población pediátrica que aumentan a un paso muy acelerado, pese a ello no son pocos los trastornos alimentarios que pueden presentarse en la misma población y que se constituyen en un objeto de preocupación para padres y cuidadores y en un ítem de consulta frecuente en las consultas pediátricas.
Según Chatoor y cols existe 6 tipos de desórdenes alimentarios del lactante y preescolar.

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La definición de estos trastornos no resulta tan fácil y muchas veces coexisten o se superponen unos a otros, lo claro es que la presencia de cualquiera de estos trastornos puede constituirse en un problema que puede comprometer el estado nutricional del niño que a su vez puede ser un factor estresante para padres y cuidadores influyendo en la dinámica familiar. Es por esto que es de gran importancia que el profesional fonoaudiólogo provea a la comunidad de orientación respecto a aquellas conductas que pueden resultar nocivas o como potenciadoras de un adecuado proceso de alimentación.

A continuación presentaremos algunas:
• Realizar en forma paulatina la introducción de nuevos sabores y texturas a la alimentación. La transición de la papilla a otras texturas, puede ser un proceso difícil para los niños pequeños es por eso que se debe realizar en forma pausada respetando sus preferencias.
• La introducción de nuevas texturas debe relacionarse con el desarrollo de la masticación recordando que inicialmente los bebes solo son capaces de realizar movimientos verticales de la mandíbula y que solo cerca del año y medio pueden efectuar movimientos rotatorios
• Favorecer la etapa en que el niño comienza a interesarse por la auto alimentación y comienzan a alimentarse con los dedos «finger foods», es recomendable proveer al niño de alimentos suaves, que sean fáciles de manipular y seguros, evitando alimentos demasiado duros que puedan ser un riesgo para este. Permitir que el niño pruebe manipule y se ensucie con el alimento hará que ña transición entre la alimentación pasiva y la autolimitación con utensilio sea más fácil.
• Procurar que en forma precoz la integración del niño a la dinámica de alimentación familiar, que se siente a la mesa y comparta la hora de alimentación con el adulto, que le observe e imite las conductas alimenticias, muchas veces este proceso es retrasado por los padres y cuidadores, quienes buscan un espacio de tranquilidad durante las horas de alimentación y prefieren prolongar la alimentación diferida de los niños pequeños y el adulto.
• Limitar el consumo de alimentos que proporcionen un alto número de calorías en consistencia líquida, bebidas muy azucaradas, exceso de leches, ya que pueden aumentar la saciedad y limitar el apetito a la hora de las comidas fuertes. Por ello se sugiere que las colaciones de los preescolares sean acompañadas de agua y no jugos o leches de cajita.

Existe un porcentaje de la población infantil que pese a que presentará dificultades en la alimentación, aun cuando se haya considerado las medidas antes descritas, en este caso puede ser que el niño efectivamente presente alguna alteración sensorial que este determinando su mala disposición a un determinado sabor o textura. En estos casos es adecuado prestar atención a como este se dispone frente a otro tipo de experiencias sensoriales, tales como movimientos, estímulos táctiles, auditivos o visuales. Para el tratamiento es frecuente el trabajo colaborativo de fonoaudiólogos y terapeutas ocupacionales.

Para mayor información se sugiere consultar el siguiente artículo:
Chatoor I, Ganabian J: Food refusal by infants and young children: diagnosis and treatment. Cogn Behav Pract 2003; 10: 138-46.

Flga. Paulina Tapia T.

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