Medicina Familiar
ENURESIS INFANTIL, ¿CÓMO LA ABORDAMOS EN ATENCIÓN PRIMARIA?
      ENURESIS INFANTIL, ¿CÓMO  LA ABORDAMOS EN ATENCIÓN PRIMARIA?
      Autor:  Dra. Mayra Manzano S., Residente Medicina Familiar mención Niño PUCEditor: Dra. Pamela Rojas G., Docente Departamento  Medicina Familiar PUC
      INTRODUCCIÓN
      La enuresis nocturna se define como la emisión involuntaria de orina  durante la noche, que ocurre al menos 2 veces a la semana durante 3 meses  consecutivos, en  niños mayores de 5 años de edad, esta edad ha sido  establecida por consenso (1, 2).
      La enuresis nocturna puede clasificarse en función de diferentes criterios,  siendo los más útiles para el manejo clínico de los pacientes (1, 2, 3):
      Según el momento de aparición:
        Primaria: Se presenta desde el nacimiento.  Estos niños nunca han logrado  periodo prolongados de sequedad durante la noche.
          Secundaria: Se presenta en niños que han  logrado periodos previos de continencia urinaria por un mínimo de 6 meses  consecutivos.
        Según la presencia de otros síntomas  acompañantes:
        Enuresis  monosintomática o no complicada: Enuresis en ausencia de  síntomas genitourinarios o gastrointestinales.
          Enuresis  no monosintomática o complicada: Enuresis asociada a síntomas  diurnos del tracto urinario inferior (frecuencia miccional aumentada o disminuida,  incontinencia diurna, urgencia, chorro débil, dolor del tracto urinario bajo,  etc.), encopresis/ estreñimiento crónico, obstrucción de vías  respiratorias altas con ronquido  y/o  apneas del sueño.
        En el 80% de los niños con enuresis corresponden a pacientes con enuresis  primaria y el 20% restantes a secundaria. En el 20% se observan síntomas  diurnos, como los ya descritos, y en el 15% existirán también alteraciones en  la evacuación intestinal. La enuresis de causa orgánica supone un 2-3% de los  casos (1, 3).
      ENURESIS  NOCTURNA PRIMARIA MONOSINTOMÁTICA (ENPMS)
        La ENPMS es una condición que afecta al 16% de los niños de 5 años y al 10%  de los de 6. Su resolución espontánea ocurre a una frecuencia aproximada de 15%  anual, por lo que a partir de los 15 años de vida aun el 2% de la población  experimentará enuresis nocturna (1, 3). ETIOLOGÍA (1, 3, 5)
      Retraso  madurativo: Casi todos los casos de  ENPMS se resuelven espontáneamente, lo que sugiere que el retraso  madurativo juega un papel importante.
        Factores  genéticos: En niños sin antecedentes  familiares la frecuencia es del 5%. Esta se eleva al 44-50% si un  progenitor presentó enuresis y al 75-77% si lo fueron ambos.
        Capacidad  vesical: Los niños con enuresis suelen presentar un volumen vesical menor que  el esperado para su edad.
        Poliuria  nocturna  y ADH: Los niños continentes tienen menor producción de orina por la  noche debido a un aumento de la secreción de la hormona antidiurética  (ADH-vasopresina), que sigue un patrón circadiano, cosa que no ocurre en los niños  con enuresis.
        Inestabilidad  del detrusor: Debe  considerarse disfunción de la vejiga en los niños que tienen ENPMS refractaria.
        Trastornos  del sueño: Los padres  a menudo describen a sus hijos con enuresis como durmientes excesivamente  profundos, este dato es controversial. La enuresis se ha asociado con  ronquidos o apneas del sueño debido a la hipertrofia adenotonsilar.
        Trastornos  psicológicos: – Está  comprobado en la ENPMS que los niños que corrigen su enuresis no desarrollan síntomas  sustitutivos, al contrario, muchas de sus alteraciones emocionales previas  mejoran al desaparecer su problema miccional. Estos datos sugieren que las  alteraciones emocionales del niño con enuresis son el resultado y no el origen.  Existe, sin embargo, una clara relación causal psicológica en algunos casos de  enuresis secundaria claramente asociada con problemas como divorcio de los  padres, alteraciones escolares, abuso sexual, hospitalización, etc. La enuresis  sería un síntoma regresivo como respuesta a estrés o traumas diversos (un  retroceso en la madurez adquirida).
      ENFRENTAMIENTO DIAGNÓSTICO
        La tabla 1 resume la  evaluación clínica de un niño con enuresis (1, 3)
      Historia clínica
          Examen físico
         
            Antecedentes familiares de enuresis    nocturna.
              Historial médico (síntomas de apnea    del sueño, diabetes, infección del tracto urinario, marcha o anomalías    neurológicas).
              Intervenciones previas.
              Historia social.
              Consecuencias de la enuresis para el    niño y su familia.
              Historial del comportamiento.
              Períodos máximos sin enuresis.
              Frecuencia y tendencia de la    enuresis nocturna (número de noches húmedas por semana o mes, número de    episodios por noche).
              Historia de constipación asociada o    encopresis.
              Diario de micción y de ingesta de líquidos 
           
            Exploración general completa incluyendo peso, talla y presión arterial (En    niños con ENPMS el examen físico suele ser normal).
              Crecimiento deficiente (puede    indicar una nefropatía subyacente).
              Evidencia de hipertrofia    adenoamigdalina u otros signos de apnea del sueño.
              Palpación de heces en el abdomen (sugiere    estreñimiento).
              Signos de disrafia espinal
              Anormalidades en el examen    neurológico de extremidades inferiores (sugerente de disrafia)
              Anormalidades urológicas: válvulas    uretrales posteriores, hipospadias, meato ectópico.
         
      En niños con ENPMS ¿Se debe  realizar examen de orina para confirmar el diagnóstico?
        Las recomendaciones vigentes proponen el estudio de todo niño con ENPMS con  un urocultivo.
        Un único estudio prospectivo de baja calidad metodológica evaluó 106 niños de  5 a 19 años de edad con ENPMS y 57 niños sin antecedentes de disfunción  miccional como grupo control. Ambos grupos fueron evaluados con  historial médico completo, examen físico, y sedimento urinario; y al subgrupo  con leucocitos (+) en el sedimento se le incorporó un cultivo de orina.
      El estudio no mostró diferencias estadísticamente significativas entre  ambos grupos estudiados (4), sin embargo es un reporte pequeño de  baja calidad metodológica, lo que impide plantear recomendaciones al respecto.
      CONCLUSIONES
        La ENPMS es una condición muy común, que afecta al 16% de los niños de 5  años. El  80% de las enuresis  corresponden a enuresis primaria, o sea, se presentan en niños que nunca han  logrado un período satisfactorio de noches secas.
        Una historia clínica completa y  detallada (incluyendo diario de micción y de ingesta de líquidos), junto a un buen  examen físico, permite aproximarse a un niño que consulta por enuresis y orientar  su etiología.
        Un único estudio de baja  calidad metodológica evaluó la necesidad de realizar un urocultivo en niños con  diagnóstico de ENPMS, por lo que no es posible plantear recomendaciones claras  al respecto.
      REFERENCIAS
      1.- HERNÁNDEZ, M. Protocolos  de Nefrología. Enuresis nocturna. Bol. Pediatría  2006; 46: 230-237.
        2.-
      https://www-clinicalkey-com.ezproxy.puc.cl/#!/content/medical_topic/21-s2.0-  1016449.
      3.-
      NAIWEN, D. et al.  Nocturnal enuresis in children. UpTo Date, dec 2015. 
      4.-
      CAYAN, S. et al. Is  ruotine urinary tract investigation necessary for children with monosymptomatic  primary nocturnal enuresis? Urology 58 (4), 2001 .
     5.- RAJIV, S. SUMANTRA, R. Management of nocturnal enuresis – myths and  facts. World J Nephrol 2016 July 6; 5(4): 328-338 
Pontificia Universidad Católica de Chile 2025