Aprovechando la red asistencial de atención primaria, el programa espera llegar a 180 pacientes de Viña Del Mar, Algarrobo, Valparaíso y comunas de San Joaquín, Puente Alto y San Bernardo en Santiago. La iniciativa es el primer proyecto FONIS asignado a un equipo exclusivo de fonoaudiólogos e incluye sesiones grupales enfocadas en las necesidades comunicativas por sobre el uso del audífono
Fecha: 12 de diciembre 2019
Gracias a la inyección de un fondo de 60 millones de pesos mediante un proyecto FONIS, Fondo Nacional de Investigación en Salud, la Carrera de Fonoaudiología de la Pontifica Universidad Católica con apoyo de fonoaudiólogos investigadores y redes asistenciales de la Academia, liderará un estudio que busca mejorar la adherencia al uso de audífonos en adultos mayores con hipoacusia.
El proyecto comenzó con una tesis de magíster a modo de estudio piloto, en un Cesfam en Algarrobo, aplicado a 66 pacientes. El actual estudio, en este caso pretende llegar a 180 pacientes de Viña Del Mar, Algarrobo, Valparaíso, y las comunas de San Joaquín, Puente Alto y San Bernardo en Santiago; y es el primer proyecto FONIS otorgado exclusivamente a un equipo de fonoaudiólogos, aprovechando las redes asistenciales de las universidades UC y UDLA.
Anthony Marcotti, docente de la Carrera de Fonoaudiología de la Pontificia Universidad Católica, uno de los líderes de este estudio, señala que el gran problema en la hipoacusia no es la cobertura ni las prestaciones, sino que tras recibir el audífono, la gran mayoría de los pacientes deja de usarlo, ya sea por problemas de adaptación, complicaciones en su manejo y cuidado, entre otras razones. “Queremos mejorar la efectividad de la rehabilitación, pero fuera del hospital; por eso trasladamos este proyecto a los Centros de Salud Familiar-CESFAM, con apoyo de fonoaudiólogos y reuniones grupales de capacitación”, añade Marcotti.
La investigación implementa un programa de rehabilitación auditiva para pacientes adultos mayores beneficiarios del GES en Centros de Atención Primara en Salud. Incluye un programa de 6 sesiones grupales que comienzan por derribar el “estigma” que vive el adulto mayor con hipoacusia y entrega recomendaciones centradas en las necesidades comunicativas más que en el manejo del audífono, como pueden ser: mirar siempre a la cara del interlocutor, aplicar algunos principios de lectura labio-facial, manejar el entorno y sus estímulos como disminuir el ruido de ambiente apagando la televisión o la radio, manejar la iluminación, entre otros aspectos.
Según la Encuesta Nacional de Salud 2003, la prevalencia de pérdida auditiva en personas mayores de 65 años es de un 91,1%, medida a través del test del susurro y el test del Tictac (MINSAL, 2003). En la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010, se utilizó la técnica del auto-reporte para estimar la prevalencia de pérdida auditiva, evidenciando un 32,7% de la población refiere presentar problemas auditivos, cifra que alcanza un 52,4% en el grupo en el grupo de 65 o más años. Sin embargo, estas cifras podrían ser incluso mayores, debido a que no se han realizado estudios utilizando métodos más precisos de estimación de pérdida auditiva en este grupo etario.
Por otro lado, la adherencia al uso de audífonos por parte de los adultos mayores sigue siendo un problema importante. En Chile se ha estimado en la Encuesta Nacional de Salud del 2003 una adherencia de 53% en el sistema público (Ministerio de Salud, 2003). En la Red de Salud UC, se estimó que el 48% de los pacientes usuarios de audífonos lo utiliza uno o más días a la semana y, a pesar de una adecuada implementación, en la mayoría persiste una discapacidad auditiva subjetiva moderada.
En opinión del investigador, el abandono del audífono fluctúa entre un 30 y un 70%, y hay un segmento importante que usa el audífono, pero no perciben el beneficio, principalmente por falencia en su entrenamiento. Hasta ahora, el GES incluye la entrega del dispositivo en el hospital y otras 3 sesiones posteriores para enseñar su manipulación y cambio de pilas, solicitando para aquello el acompañamiento de un familiar o tutor. “El problema es que estas sesiones están enfocadas en el manejo del aparato, pero no en las necesidades comunicativas de la persona, y además las distancias físicas y los problemas de traslado muchas veces dificultan este seguimiento efectivo del paciente tras la entrega del audífono”, agrega Marcotti.
Por su parte, Sebastián Rivera, investigador y docente de la Universidad Santo Tomás de Viña del Mar, refiere la importancia de tener otras opciones de rehabilitación auditiva en los adultos mayores. “Sabemos el aporte auditivo que genera el audífono y que aumentando su adherencia probablemente conlleve a un mejor rendimiento, pero no necesariamente se solucionarán los problemas comunicativos de aquellos usuarios. Contar con un programa grupal que se enfoque en la resolución de situaciones auditivas cotidianas que son complejas, en estrategias comunicativas y en compartir experiencias entre los mismos usuarios, sin duda aportará a mejorar el desempeño comunicativo y por ende a mejorar su calidad de vida”.
La investigación se extenderá hasta el año 2021 y en ella participan fonoaudiólogos de la Pontificia Universidad Católica y otras instituciones asociadas como la Universidad de Las Américas, Universidad Santo Tomás de Viña del Mar y Universidad de Montreal de Canadá. El programa además cuenta con la adquisición de tecnología como audiómetros portátiles para el testeo de pacientes.
Anthony Marcotti agrega que entre los hallazgos del estudio, se identifican otros problemas asociados al abandono del audífono y relacionados con el deterioro cognitivo e incluso el desarrollo de cuadros de demencia, depresión y aumento de la accidentabilidad.
“En el largo plazo, esperamos implementar este programa en las unidades de atención primaria en otorrinolaringología para suplir todas las otras necesidades que no aplican finalmente los programas cubiertos GES, principalmente en términos audiológicos y comunicativos; y el aprovechar la red de centros de atención primaria mejora la adherencia por distancias y fortalece el desarrollo de habilidades sociales entre pares”, concluye el académico.
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