La investigación realizada por el equipo de Kinesiología de la Universidad Católica en el Hospital Sótero del Río, demostró que la intervención kinesiológica temprana en pacientes con cáncer de mama, recupera la funcionalidad física y mejora la calidad de vida. Los resultados serán presentados en la primera Conferencia Internacional de Terapia Física en Cáncer, en Holanda.
Fecha: 12 de marzo 2018
Expertos en kinesiología oncológica promueven el ejercicio físico como complemento en el tratamiento y en la prevención del cáncer. Un estudio realizado por Kinesiología de la UC en pacientes con cáncer de mama del Hospital Sótero del Río, demostró que la intervención kinésiológica temprana mejora la funcionalidad física durante el tratamiento y la calidad de vida.
Los resultados de este estudio chileno, serán presentados como experiencia nacional en la primera Conferencia Internacional de Terapia Física en Cáncer (International Conference on Physical Therapy in Oncology (ICPTO)), que se realizará en Amsterdam, Holanda, el próximo mes de junio.
Karol Ramírez, presidenta de la Sociedad Chilena de Kinesiología Oncológica (SOCHKO) y docente de Kinesiología UC, a cargo del estudio, asegura que el sedentarismo y obesidad en nuestra población son factores de riesgo que explican el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles, y dentro de éstas, el cáncer. Estudios epidemiológicos indican que el ejercicio físico y la insistencia en el normo peso, ayudan a prevenir o a evitar la recidiva de algunos tipos de cáncer, como el de mama, próstata y colorectal.
Un estudio multicéntrico iniciado en la Universidad de Alberta en Canadá en el 2003, START, seleccionó aleatoriamente mujeres con cáncer de mama que recibían quimioterapia: un grupo recibió ejercicio aeróbico, otro ejercicio de carga y el tercero, solo tuvo sus cuidados habituales sin incluir ejercicio. Tras 14 años de seguimiento, el resultado fue que las mujeres que recibieron ejercicio son más activas y presentan mayor sobrevida, global y libre de enfermedad. Esta experiencia inspiró al equipo de Kinesiología Oncológica UC, para iniciar una línea de investigación similar bajo la mirada chilena.
El primer estudio realizado en el Hospital Sótero del Río por Kinesiología UC, incluyó a 112 mujeres con cáncer de mama en tratamiento de quimioterapia. La muestra de pacientes, con edad promedio de 52 años, el 66% presentaban sobrepeso y solo el 24% de ellas cumplían semanalmente con las recomendaciones de ejercicio físico para personas con cáncer (150 minutos de ejercicio de moderada intensidad o 75 minutos de intensidad vigorosa). El grupo de pacientes activas físicamente desde su diagnóstico, mejoró su respuesta a los síntomas propios del tratamiento y la enfermedad, optimizó su calidad de vida y aceleró el reintegro a sus actividades regulares.
“El ejercicio físico debiera ser indicado desde el diagnóstico del cáncer y sobre todo, una vez iniciado su tratamiento. Existe evidencia sólida que personas con cáncer que incorporan ejercicio físico durante el tratamiento disminuyen síntomas, toleran mejor la quimioterapia, mejoran su calidad de vida y la sobrevida”, señala la kinesióloga Karol Ramírez.
En términos generales, la experta explica que al incorporar el ejercicio físico hay que considerar factores inherentes al cáncer, como es la presencia de metástasis en hueso, para evitar fracturas; o bien, terapias que pueden ser tóxicas para el pulmón o el corazón. Es muy importante que el ejercicio sea indicado por el médico a cargo, como un tratamiento complementario y adyuvante en el cáncer, y debe ser supervisado por profesionales kinesiólogos que estén también formados en oncología.
En Chile, Ramírez señala la importancia de formar a más profesionales de la salud en oncología, dado los índices en alza y el envejecimiento de la población. Asimismo, hace un llamado para incluir la kinesioterapia en todos los tipos de cáncer y mejorar la cobertura de los programas de kinesiología por parte de Fonasa y de las isapres; lo que en opinión de la presidenta de SOCHKO y docente de la UC, podría marcar la diferencia en la calidad de vida de las personas con cáncer.
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