Para muchos niños el chupete constituye su compañero de aventuras, su objeto favorito y adorado que puede sumergirlos en el más dulce de los sueños o en la más apacible tranquilidad.
Fecha: 29 de septiembre 2016
No es de extrañar que en algunas oportunidades se haya demonizado su uso, dada las consecuencias negativas que acarrea al extender su período de utilización (lengua baja e hipotónica, compresión maxilar, mordida cruzada, mordida abierta, alteraciones de deglución, respiración, articulación, etc.), pero en general poco se ha hablado de sus beneficios.
Uno de los principales beneficios a los que se hace referencia es a la disminución de la muerte súbita en lactantes (SMSL), entendiendo por muerte súbita a la muerte repentina e inesperada de un niño menor de un año aparentemente sano (la autopsia revela una muerte inexplicable). Se ha estimado que la utilización del chupete en el último sueño disminuye el riesgo en más del 50% y el uso rutinario entre un 17 y un 29%. Otros de los beneficios que se destacan es que induce a la tranquilidad y a la calma, estimula el reflejo de succión, previene el hábito de la succión del pulgar, entre otros.
Sin duda el gran tema radica en cuando eliminar. Básicamente las recomendaciones apuntan a que la succión de chupete cese a más tardar a los 2 años, ya que a esa edad existe una autorecuperación del daño dentoesqueletal que podría provocar este hábito. No obstante, es importante tener presente que esta eliminación debe ser realizada de forma progresiva, estableciendo niveles de acuerdo con el niño (dentro de las posibilidades) para así evitar un proceso traumático y dañino.
Para mayor información se adjunta artículo que aborda la temática chupete y la muerte súbita: click aquí
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