Medicina Familiar
Abordaje Inicial del Paciente con Consumo de Drogas
   Abordaje  Inicial del Paciente con Consumo de Drogas
      Autor: Dr. Daniel Riveros Galaz. Residente  Departamento de Medicina Familiar UC.Editor: Dra. Luz Montero Ossandón.  Académico Departamento de Medicina Familiar UC.
      Introducción
      La definición de droga está descrita en términos de su origen, uso  y efecto sobre el organismo: entendida como “toda sustancia mineral, vegetal o animal. Usada en la medicina,  en la industria o en las bellas artes” o “preparado medicamentoso con efecto  estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno en el organismo”(1). Se clasifica según su efecto en el sistema nervioso  central como: depresora, estimulante y perturbadora. Las de uso más frecuente  en la población general (y predominantemente en la población joven:  adolescencia y adulto joven) son marihuana, cocaína y pasta base.
        Desde un punto de vista psiquiátrico, los problemas generados por  el uso de sustancias pueden ser catalogados como trastornos por consumo de sustancias y trastornos inducidos por sustancias. Dentro de los primeros aparece  el abuso y la dependencia, cada uno con criterios diagnósticos específicos  según la DSM-IV(2). Los segundos están descritos como síndromes  clínicos según uso agudo o crónico (intoxicación o abstinencia respectivamente), y son  específicos para cada sustancia.
      El noveno estudio de drogas del SENDA(3) reporta, en  general, una disminución del consumo de sustancias como prevalencia de último  año comparado con el reporte previo (octavo estudio nacional de drogas, SENDA  2008). Predomina en el nivel socioeconómico bajo y que, en general, es mayor en  la población joven.
      ¿Cuál  debiese ser el abordaje inicial frente a un  paciente que consume drogas?
      Es altamente recomendable que la consulta inicial debiese estar  centrada en:
      1) Establecer con la mayor precisión el diagnóstico y dimensionar  la magnitud del problema.
        2) Determinar la motivación al cambio
        3) Definir que opciones terapéuticas tenemos para ofrecerle
      ¿Qué aspectos son  importantes evaluar?
      a) Establecer  diagnóstico y magnitud del problema
        En primer lugar, es importante mencionar que el problema no está  definido por la cantidad de sustancia consumida, sino más bien por la conducta  adictiva y por el impacto en las dimensiones biopsicosociales derivadas del  consumo(4). Lo importante de esta etapa es definir si el paciente  presenta u nivel de consumo ocasional (definido como uso), abusa o si cumple  con criterios de dependencia (ver criterios diagnósticos en figura 1). La  intensidad del manejo puede variar según sea uno u otro. Como elementos  relevantes debemos considerar la edad de inicio del consumo debido al mayor  potencial de daños descritos con la precocidad de su uso(4). El  momento en que ocurre la pérdida de control del uso y si existe consumo sin  compañía. La cantidad, frecuencia y consumo máximo también son parte importante  del problema, aunque por si solos no lo constituyen. Debemos tener presente la  existencia de grupos especiales como los adolescentes (por potenciales daños más severos y como grupo cubierto por las garantías  explícitas en salud, son derivables a nivel secundario)(5) . (Ver  figura 2); las embarazadas por los  daños descrito en el feto; los pacientes con comorbilidad psiquiátrica y otras  adicciones, por posibles interferencias en adherencia a tratamiento y el  impacto a nivel biológico, psicológico y social(6). Los hallazgos  del examen físico (como signos vitales alterados o estado nutricional) pueden  cambiarnos la conducta, haciendo necesario la derivación a un servicio de urgencias  médica o psiquiátrica.
       
      Figura 1.
       
      Figura 2.
      b) Determinar la etapa  de motivación al cambio
      Como segundo elemento a considerar tenemos la motivación al cambio  del paciente y el soporte que provee su entorno. Es fundamental al momento de  definir qué vamos a ofrecer, pues según la etapa de cambio(7) nuestro enfrentamiento se mueve desde solo problematizar e informar, hasta el  refuerzo y potenciación del cambio y preparación de la recaída. Ver figura 3.
      c) Definir  qué alternativas terapéuticas tenemos  disponibles
      Existe insuficiente evidencia disponible y con limitaciones en la  calidad metodológica que la sustenta, para pacientes que acuden solicitando  atención por problemas que derivan de su consumo. Las motivaciones de estos  pueden ser innumerables y muy diversas. En esta publicación las hemos  categorizado como: alternativas de manejo no farmacológico y farmacológico pero  serán revisadas con detalle en dos documentos siguientes.
      Figura 3.
      Conclusiones
      En este artículo hemos revisado las 3  etapas del abordaje inicial de los pacientes con consumo problemático de  drogas. En el artículo previo revisamos la evidencia acerca de las medidas no  farmacológicas para el tratamiento y en un artículo futuro revisaremos la  efectividad de la terapia farmacológica.
Bibliografía
      (1) RAE. Definición conceptual.
        (2) American Psychiatric  Association. Diagnostic and statistical manual of mental disorders – IV. Text Revisión. Washington (DC): American  Psychiatric Association, 2000.
        (3) Noveno estudio nacional de drogas en  población general de Chile. Observatorio chileno de drogas. SENDA 2010.
        (4) Seguel, M. Abuso y  Dependencia de Sustancias Psicoactivas. Boletín Esc. de Medicina, PUC. 1994;  23: 113-118.
        (5) Guía clínica Consumo perjudicial y  dependencia a alcohol y drogas en menores de 20 años. MINSAL-GES Chile 2007.
   (6) Guía clínica: detección  y tratamiento temprano del consumo problema y la dependencia de alcohol y otras  sustancias psicoactivas en la atención primaria. MINSAL Chile 2005. 
Pontificia Universidad Católica de Chile 2025