Medicina Familiar
TRASTORNOS DEL ESPECTRO AUTISTA: ¿CUANDO SOSPECHARLO?
   TRASTORNOS  DEL ESPECTRO AUTISTA: ¿CUANDO SOSPECHARLO?
      Autora: Dra. Mayide Abiantún R., Residente Medicina Familiar Mención Niño  PUC
      Editora: Dra. Pamela Rojas G., Docente Departamento Medicina Familiar PUC
      INTRODUCCIÓN:
        El psiquiatra Leo Kanner fue el primero en hablar  de Trastorno Autista en 1943, y lo describió como una “disarmonía  generalizada en el desarrollo de las funciones cognitivas, independiente del  potencial intelectual inicial”. Más  adelante, el psiquiatra y pediatra austríaco Dr. Hans Asperger describió un  cuadro que denominó Psicopatía Autista en niños, caracterizado por la  presencia de intereses intensos e inusuales, repetitividad de rutinas y apego a  ciertos objetos. Este cuadro, muy diferente al autismo descrito por Leo Kanner,  se diferenciaba en especial por que los niños de Asperger si hablaban. 
      Lorna Wing, una psiquiatra Británica, fue quien  acuñó el concepto de Síndrome de Asperger recién el año 1981 (1).
      CONCEPTOS  GENERALES
        Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) se definen  como una discapacidad neurológica, que dura toda la vida, y que se caracteriza  por una disfunción en: la interacción social, comunicación y flexibilidad  conductual (2).
        Cifras del Centro de Control de Enfermedades de  EEUU (CDC) y de Centers Prevention’s Autism and Developmental Disabilities  Monitoring Network (ADDM), sugieren que la prevalencia actual del TEA es de 14,7  por cada 1.000 niños. La distribución por género es 1 niño por cada 189 niñas(3).
        Los padres que tienen un niño afectado con TEA  tienen 2-18% más probabilidad de tener un segundo hijo afectado. (3)
        Los TEA tienden a ocurrir más a menudo en personas  quienes tienen ciertas condiciones genéticas. Entre ellas destacan Síndrome de  Down, syndrome del  X frágil, esclerosis tuberosa. (3)
      De acuerdo a la ADDM los pacientes  afectado por un TEA presentan un discapacidad  intelectual (CI ≤70) hasta un 31%, Límite  (CI 71-85) en un 23%, y en el promedio o por encima (CI >85) en un 46%(3).
      ¿CUÁNDO  PLANTEAR UN TEA?
        Existe una serie de indicadores que actúan como  banderas rojas, y que exigen descartar la existencia de un TEA. La tabla 2 las  resume (4).Tabla 2: Banderas rojas que orientan a un TEA
      6-12 meses
          12-18 meses
          18-24 meses
        Atención    y seguimiento visual atípico.
            Preferencia    por mirar hacia donde hay gran cantidad de estímulos.
            Atención    atípica a estímulos.
            Deterioro    en capacidad de retirar la mirada
            Miran    lejos de las caras de los padres prolongadamente.
          Menor    sonrisa social.
            No    responden al nombre.
            Ausencia    o disminución de expresión de afectos positivos e intereses sociales.
            Disminución    o ausencia en habilidades de atención conjunta (ej. regocijo por compartir un    objeto con el otro), que soliciten comportamientos y gestos (ej. agitar,    asintiendo con la cabeza)
            Contacto    visual anormal, poco seguimiento visual.
            Imitación    y gestos comunicativos disminuidos.
            Irritabilidad    e intensa respuesta sensorial.
            Pobre    regulación de emociones negativas.
          Retraso    del lenguaje expresivo y hablado
            Ausencia    o juego simbólico disminuido
        ¿CÓMO DIAGNOSTICAR UN TEA?
        A partir de mayo de 2013,  los criterios del DSM sea actualizaron y generaron la versión DSM V.  Uno de los cambios más importantes fue la  agrupación de los trastornos afines definidos por DSM-IV (trastorno  desintegrativo infantil, síndrome de Asperger, trastorno autista, y trastorno  generalizado del desarrollo sin otra especificación) en una entidad única  denominada TEA.
        La tabla 1 resume los  criterios DSM V para el diagnóstico de TEA en un niño (5)Tabla 1: Criterios DSM V para el diagnóstico de TEA
      A
          Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la    interacción social en diversos contextos manifestado por lo siguiente,    actualmente o por antecedentes.
            Deficiencias en la reciprocidad emocional: que incluye desde un acercamiento social anormal y fracaso de la    conversación normal en ambos sentidos pasando por la disminución en    intereses, emociones o afectos compartidos hasta el fracaso en iniciar o    responder a interacciones sociales.
            Deficiencias en las conductas comunicativas    no verbales utilizadas en la interacción social: por ejemplo desde una comunicación verbal y no verbal poco integrada    pasando por anomalías del contacto visual y del lenguaje corporal o    deficiencias de la comprensión y el uso de gestos, hasta una falta total de    expresión facial y de comunicación no verbal.
            Deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las    relaciones: varían, desde dificultades para ajustar el comportamiento en    diversos contextos sociales pasando por dificultades para compartir juegos    imaginativos o para hacer amigos, hasta la ausencia de interés por otras    personas.
         
            B
          Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o    actividades, actualmente o por antecedentes.
            Movimientos, utilización de objetos o habla estereotipados o    repetitivos (p. ej., estereotipias motoras simples, alineación de los    juguetes o cambio de lugar de los objetos, ecolalia, frases idiosincrásicas).
            Insistencia en la monotonía, excesiva inflexibilidad de rutinas o    patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal (p. ej., gran angustia    frente a cambios pequeños, dificultades con las transiciones, patrones de    pensamiento rígidos, rituales de saludo, necesidad de tomar el mismo camino o    de comer los mismos alimentos cada día).
            Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuanto a su    intensidad o foco de interés (p. ej., fuerte apego o preocupación por objetos    inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverantes).
            Hiper- o hiporeactividad a los estímulos sensoriales o interés    inhabitual por aspectos sensoriales del entorno (p. ej., indiferencia    aparente al dolor/temperatura, respuesta adversa a sonidos o texturas    específicos, olfateo o palpación excesiva de objetos, fascinación visual por    las luces o el movimiento).
        C
          Los síntomas deben estar presentes en las primeras fases del    desarrollo.
        D
          Los síntomas causan deterioro clínicamente significativo.
        E
          Estas alteraciones no se explican mejor por otra discapacidad.
        ¿Por qué es importante la sospecha precoz de TEA?
        Existen estudios  longitudinales en niños con ausencia del lenguaje a la edad de 5 años y bajo  funcionamiento cognitivo se ha relacionado con peores resultados en la  adolescencia y adultez  en funciones como  la autosuficiencia y funcionamiento adaptativo. (6) 
      Pocos estudios con alto  riesgo de sesgo sugieren que las intervenciones tempranas intensivas  pudieran estar asociadas a resultados positivos,  tales como comportamiento adaptativo, habilidades del lenguaje,  comunicación, y mejor calidad de vida en las  familias de estos niños. Sin embargo, se requieren de más estudios con mejor  calidad metodológica que guíen la toma de decisiones al respecto. (7) 
      RESUMEN:
        Cuando hablamos de trastornos del espectro  autista, nos estamos enfrentando a un amplio fenotipo de pacientes, de ahí su  nombre “espectro”. DSM V agrupa estas entidades bajo un mismo concepto, lo que  facilita su sospecha por parte de profesionales no especialistas en el tema.
      Existe una serie de banderas rojas que debe  orientar la sospecha de un TEA. Estar atento a estos signos permite  diagnósticos en etapas más precoces, y con esto intervenciones más tempranas que  pudiesen llevar a una mejor funcionalidad a largo plazo.
      REFERENCIAS:
        1. Quijada, C.  Espectro autista. Revista Chilena de Pediatría.2008;79Supl (1):86-91
        2. Dosman, C, Adams D. Complementary, Holistic and  Integrative Medicine: Autism Spectrum disorder. Pediatrics in Review.  2013;34;e36
        3. Centers for Disease Control and Preventio.  Prevalence of autism spectrum disorders: Austism and Developmental Disabilities  Monitoring Network, 14 Sites, United States 2010. MMWR Surveill  Summ.2012;61:1-19
      4. Doconin,N.  et al. Toward better recognition of early predictors for autism spectrum  disorder. Pediatric Neurology.2013;49:225-231
      5. Diagnostic  and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition [Copyright  2013],  American Psychiatric Association).
        6. Blenner,S.  Reddy, A.Diagnosis and management of autism in childhood. BMJ. 2011;343
      7. Reichow,  B. Barton, EE. Boyd, B. Hume, K. Early intensive behavioral intervention for  young children with autism spectrum disorders (Review). The Cochrane  Collaboration. 2012. DOI: 10.1002/14651858.CD009260.pub2 
Pontificia Universidad Católica de Chile 2025